III. El campo: un paisaje necesitado de horizonte

Pero vayamos al campo y contemplemos su situación. Cuando en 1902 nacía el Beato Josemaría, tres años después visitaba Andalucía como corresponsal de “El Imparcial”, de Madrid, el periodista Azorín(1). Su misión era informar de las consecuencias de la grave sequía que asoló por aquellos años los campos sevillanos. Bajo un sol “ardoroso y cegador”, decía, los sembrados amarillean “mustios, casi agostados, casi secos”. Unos tres mil campesinos vagaban sin trabajo por las calles...

Años más tarde, el panorama del campesinado andaluz seguía siendo dramático, debido a los problemas sociales y económicos del país, más visibles en el medio rural. No digamos de los años bélicos y posbélicos...

Naturalmente, ese oscuro paisaje de nuestra agricultura preocupaba a muchas personas, y también hería el corazón del Fundador del Opus Dei quien, no en vano, procedía de una comarca agrícola, la del Cinca y el Somontano. Sus ojos sabían mirar al campo, a sus gentes a veces pobres y desprotegidas, aun a sabiendas de que en sus manos no estaba la solución de aquellos problemas. Pero por su mente pasaban ideas e iniciativas, llenas de afán apostólico, que pudieran ayudar a esas gentes del campo en su afán de conseguir una vida cada vez más digna.

Eran los años en que el Fundador del Opus Dei iba por Pozoalbero(2) y allí palpaba de primera mano la situación del campo. Serían sus palabras las que moverían a Joaquín Herreros, entonces joven ingeniero industrial residente en Sevilla, a plantearse el estudio de soluciones posibles, para ayudar a aquellas familias a recuperar su confianza en el campo, sacándolas de esa pasividad de atasco secular, tan peligrosa...

No parecía fácil cambiar una mentalidad anclada en un pasado secular. Pero sabían que se trataba de poner ilusión y entusiasmo en personas buenas, que aman su tierra. Sabían que se necesitaba mucho tesón, mucha paciencia, mucho amor para no rendirse antes las dificultades. Lo cuenta Joaquín Herreros:

"Yo había leído ya bastantes cosas sobre los problemas del campo andaluz, pero entonces me topé con la realidad vista por estos ojos. Pasaba con frecuencia de Sevilla a Jerez. Siempre veía a grupos de desocupados por los alrededores de la carretera, en El Cuervo. Aquella visión me intranquilizaba profundamente. Una y otra vez, el mismo lugar y los mismos hombres a la espera de un capataz que los llamara".

Del estudio y observaciones de Herreros, salió en l976 su libro "Panorama Social de la Agricultura", (Biblioteca Cultural RTV, Madrid, l976), que contiene un análisis de la situación de la Agricultura en general y su lenta incorporación a las modernas corrientes sociales y culturales buscando la paridad, nada fácil, con la industria y los servicios. Se da cuenta de que hará falta dotar al agricultor de una suficiente preparación profesional y evitar la sangría que arranca sus brazos y sus ideas hacia otros sectores, extraños a ellos. Esta visión le hizo poner manos y corazón en la mejora de unos hombres en desamparo y estar donde creyó que debía estar en ese momento.

Observa los cambios experimentados en la Agricultura, que nada tienen que ver con otro tiempo. Se ha pasado de una agricultura de subsistencia a una agricultura de mercado, situación de la que no es ajena la influencia de la industria y los servicios, que le han aportado su sentido de empresa.

Rechaza, por inútil, la llamada "colonización del campo por los técnicos", la llamada también colonización desde los despachos, y se manifiesta partidario del sistema pedagógico aplicado por las “Maisons Familiales” francesas, lo que le lleva a decir que "la verdadera promoción social del campo se gesta, en los países que enfilan ya la etapa postrera de su desarrollo, fundamentalmente a través y desde las explotaciones familiares..."Y más adelante: "Porque los resultados de la promoción social del campo, entendidos éstos en su más auténtica y generosa acepción, se reducen –qué duda cabe– en una elevación sensible del nivel de vida en las comarcas rurales..."

"En el ámbito de la explotación familiar –añade– padres e hijos comparten estrechamente unos mismos intereses y afectos, mientras se entregan afanosamente a unos comunes y siempre bien delimitados quehaceres. Quizá sea esto, sin duda, una de las notas más características del trabajo de la explotación familiar..."

Analiza la participación de los agricultores en la formación de sus hijos y los distintos sistemas de llevar a cabo esta formación, si bien se muestra partidario de la llamada "alternancia educativa", que precisamente es la que adopta la EFA en los comienzos.

Colaboradores importantes de Joaquín Herreros fueron dos hombres esenciales: Felipe González de Canales, agricultor relevante de su tierra, Bujalance, y Francisco Molina, ambos enamorados del campo andaluz y su problemática.

No conviene olvidar que, antes de las EFAs, ya existía en suelo andaluz un conato de promoción del campesinado. Me refiero a la Granja–Escuela que José Guerrero creó y puso en marcha en l962 en Almodóvar del Río, lo que hoy es Polígono de la Fuensanta. La Granja–Escuela, que pronto se convirtió en Escuela de Capataces, se apuntó algunos éxitos, formando hasta siete promociones de alumnos bien preparados en las técnicas de la modernización del campo. Era un buen precedente que la EFA tuvo en cuenta, si bien su proyecto era más ambicioso, porque no se trataba de llegar sólo a unas decenas de alumnos en cada promoción, sino a muchos más, en distintos lugares...

Un informe de la OCDE de l963 manifestaba cómo España se había quedado al margen del resto del mundo en cuanto a la enseñanza profesional agraria. Entonces Joaquín Herreros y Felipe González de Canales decidieron estudiar por su cuenta lo que ya se hacía en otros países. Viajaron a Italia y Francia y conocieron a fondo las “Scuola–Famiglia” y las “Maisons Familiales”. Ambos compartían una idea: no se trataba tanto de dar una formación profesional a unos chicos del campo, cuanto de crear un instrumento de promoción colectiva del medio rural basado en el incremento del nivel de formación.

De ese tiempo es el siguiente texto de Felipe G. de Canales:

"Debido a mi condicionamiento familiar y ambiente, yo sentía una preocupación grande por ver qué se podía hacer por esta gente, qué podíamos hacer nosotros desde nuestra posición un poco privilegiada, de ser familia dirigente de aquella zona, qué podíamos hacer nosotros por todo aquello. Eramos dirigentes por la posición de la familia. Puede decirse que aquel pueblo (Bujalance), y algunos otros por allí, eran de la familia. Tú tienes allí relación con todos estos obreros, en el sentido de que están trabajando contigo. Pero además como tú vives en una familia en que no pierdes nada por hablar con esa gente, no hay ningún inconveniente en que sean tus amigos (es un caso si quieres un poco anómalo dentro de esa ciudad, pero es una realidad. Lo normal es que eso sea raro y esté mal visto). Esto lleva a que mi padre tenga una gran amistad con toda esta gente, que recurre a él con mucha frecuencia. O sea, que hay un contacto de amistad y de confianza muy grande que te lleva a poder entablar conversaciones muy íntimas, mucho más directas sobre su problemática.

"Me marcho a Sevilla, pero siempre con la ilusión de no estudiar una carrera técnica, sino de prepararme para poder hacer algo por esta gente. En esta situación entro en el ambiente de la Escuela de Grado Medio en que me encuentro con poco nivel de estudio y de ilusiones. Intenté que aquella gente comprendiese que el campo tenía un problema fundamentalmente humano, mucho más que técnico. Me pongo a pensar qué se puede hacer para que se dieran cuenta de esto: que su liderato tenía que tener una proyección humana más que técnica. Tenía que tener una proyección social por lo demás que por entonces no existía. Organizo un Seminario orientado en esta línea. Allí participan algunos ingenieros. Uno de ellos es Joaquín Herreros, como especialista en cuestiones sociales. También conocí a algunos economistas. Joaquín me explica la idea que él tiene, lo que está haciendo. Él había llegado a ese tema por un problema que había tenido que solucionar en una zona en que había gran número de parcelas que se habían comprado y se creaba un problema a estas personas si se las desalojaba sin ofrecerles ninguna solución. Él creía que la solución económica no era suficiente: no se resolvía la situación de estas familias si se les daba más o menos dinero por los derechos que tenían. No era suficiente. Estoy hablando del año l963. Desde entonces ya no perdimos contacto. Él estaba ya muy avanzado en sus estudios sobre la cuestión rural: proporcionar algo permanente y profundo para la solución de los problemas que tenían planteados. Empezamos a organizar –yo siguiendo de la mano los estudios que él hacía– las cosas y estudiar cómo solucionaban esto los demás países, qué hacían para ayudar a estas personas que se encontraban en una situación deficiente respecto a la economía, a la educación, que de hecho impedía salir de sus bajos niveles. Fundamentalmente empezamos por Europa, sobre todo Francia e Italia porque eran los que tenían más experiencia en este sentido.

"Hicimos un plan para estudiar de forma más cercana las realizaciones europeas que teníamos más al alcance de la mano. Estábamos ya en la primavera de l964. Preparamos un plan después de mantener correspondencia con diferentes centros, con el Gobierno, con algunos centros profesionales, etc. Recorrimos Italia, sobre todo la zona Norte y algo de la Latina. Discutimos mucho durante el viaje y nos convencimos de que la solución más acertada para lo que nosotros queríamos es la “Maison Familiale” francesa, que también tiene realizaciones en Italia. Es la “Scuola–Famiglia” que estamos visitando con calma, sobre todo en Véneto. Allí hay varias organizaciones de estas escuelas, todas bastante distintas, pero que nos interesan mucho por ser una adaptación del sistema francés en un país diferente y una problemática distinta. La verdad es que consiguen que, aunque la base sea la misma, la realización es distinta, tienen peculiaridades propias. Esto creo sucede también en España..."

Otra pieza importante de este equipo promotor sería Francisco Molina, "un hombre muy metido en la vida del campo", quien decía lo siguiente por ese tiempo:

"Me parece que siempre he tenido una preocupación vital muy seria por la promoción humana y social del hombre del campo andaluz. Si lo quieres así, se trata también de una exigencia profunda de mi vida como cristiano. No me puedo quedar tranquilo si no dedico mi vida a ayudar a los demás. Naturalmente eso supone una serie de condicionamientos grandes para mi vida personal y mi familia. No les quiero quitar sus derechos a mi mujer ni a mis hijos. Más bien he procurado incorporarles a esta ilusión mía".

Cuando este grupo concluyó su estudio sobre el método didáctico de las “Maisons Familiales” y prepararon todo su material para iniciar su aplicación experimental en España, con todas las ilusiones que puso don Quijote al iniciar su aventura, sin ninguna ayuda exterior en los primeros momentos, abrieron sus primeras Escuelas Familiares Agrarias (que es como habrían de llamarse), curso l967–68, la de Casablanquilla, en Brenes, y la de Molino Azul, en Lora del Río, con un mínimo de gastos y sesenta muchachos de la zona. Los directores de esas dos primeras escuelas fueron Felipe G. de Canales y Francisco Molina... A éstas pronto siguieron las de Posadas y la de Torrealba, en Almodóvar del Río (antigua Granja–Escuela), en la finca de San Andrés...

El medio rural tiene unas características propias, distintas del medio urbano. Este medio rural es una forma de vida. La agricultura no es una profesión como la de carpintero u obrero de la industria. En el medio rural todo es una unidad. El individuo tiene un ambiente familiar, profesional, social que se confunden y son prácticamente lo mismo.

(1) OBRAS COMPLETAS: LA ANDALUCÍA TRÁGICA, Azorín, Aguilar, Madrid 1975, p. 731 y siguientes.

(2) Pozoalbero es una Casa de Retiros utilizada para las labores apostólicas del Opus Dei situada en las cercanías de Jerez de la Frontera, en Cádiz. Allí se celebran cursos de formación para todo tipo de personas.